El primer año, se desfiló en las procesiones vestidos de paisano. Ya en 1940 se desfiló con un hábito, que debido a los comentarios de la muchedumbre y el desentone con el resto de cofradías se sustituyó por el actual.
Este hábito, que solamente fue utilizado durante cuatro años, consistía en una túnica verde, capa encarnada terciada, a semejanza de San Juan evangelista, llevando en la cabeza un turbante trenzado de rojo y verde del que pendía un velo negro para ocultar el rostro y calzando unas sandalias de baqueta. Esta indumentaria fue retomada, desde el año 1998, para aquellos cofrades que, en procesión, escoltan las imágenes.